miércoles, 21 de octubre de 2015

Boleta completa y sin vacilaciones


El Frente para la Victoria es la fuerza política que expresa, aquí y ahora, el Peronismo con justicia social, con inclusión social, con fuentes de trabajo, con derechos laborales y sociales, con derechos humanos. El Frente para la Victoria representa la estructura del Peronismo realmente existente al decir de Abel Fernández, es el Peronismo de este siglo XXI.

De entre todos los agrupamientos que competirán este domingo, es la mejor articulación política posible para defender los intereses generales de nuestro país que son los intereses del Pueblo en su conjunto, integralmente concebido, el capital y el trabajo. No hay duda que representa un proyecto político inclusivo y extensivo a la mayor cantidad de argentinos, incluso a quienes se oponen.

Confieso que Daniel Scioli no me genera la misma adhesión que Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner; hubiese preferido votar otro candidato para la continuidad del proyecto iniciado en 2003 (verbigracia Sergio Urribarri), pero el contexto político (nacional e internacional) no permitió generar un candidato que esté fielmente identificado con lo ocurrido en estos doce años.
El establishment podrá pavonearse de haber frenado al Kirchnerismo, y a través de sus medios de comunicación concentrados seguir repitiendo el mantra del "fin de ciclo", pero el Peronismo seguirá y mientras siga allí estarán las tres banderas que siempre lo caracterizaron: justicia social, independencia económica, soberanía política; y a ellas sumadas otras tres: memoria, verdad y justicia.

Un aspecto preocupante, aunque menor, es que la mayoría de los candidatos presidenciales tienen una fuerte identificación con la idiosincracia del eje 'Capital Federal-Provincia de Buenos Aires' (Scioli, Massa, Macri, Stolbizer). Claro, el peso electoral de esos distritos es determinante y arrastra a las demás provincias, lo cual permite la reproducción de la lógica portuaria, el centralismo del "Dios atiende en Buenos Aires", y en definitiva, la continuidad del proyecto mitrista, extranjerizante y excluyente, siempre enemiga de la distribución de la riqueza y la integración nacional. Habrá que estar atentos. Durante estos años los intereses del interior del país fueron contemplados, y los gobernadores que actuaron con inteligencia lo supieron aprovechar. Ojalá no surjan modificaciones perjudiciales.

Casi con seguridad, el Pueblo argentino concentrará su voto sin desgastarse y resolverá la Presidencia de la Nación en primera vuelta. No habrá ningún tiro en los pies, ningún suicidio político de los pueblos. La composición de las Cámaras del Congreso reflejará otro equilibrio sin comprometer la gobernabilidad (al menos eso es lo que parece).

Y hay que ser conscientes de una buena vez: Cristina no volverá.

Hay que ser conscientes de que ―ahora sí― no estará esa mujer excepcional que tenemos como conductora.

Ahora sí, no habrá "Chapulina" que pueda defendernos. No contaremos con su astucia.

Es tiempo de crecer nomás. Crecer como Pueblo, agruparnos y defendernos. Defender nuestros intereses expresados en los más diversos modos de inclusión social.

Defender nuestros intereses detectando a quienes representan el proyecto de "país-factoría", el país para unos pocos, el país de la exclusión y el desempleo. Detectándolos y rechazándolos.

Y exigiendo al nuevo Presidente el cumplimiento de sus promesas, prosiguiendo y sosteniendo la tarea iniciada en 2003.

Será tiempo, como lo establece el viejo apotegma peronista:
"Que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie".

Este domingo no habrá lugar para ninguna duda, ninguna vacilación. Votaré la boleta completa del Frente para la Victoria, con Daniel Osvaldo Scioli para Presidente y un mundo enorme de compañeros para sostener todo lo conseguido.

¡Viva Perón, Viva Evita, Viva Néstor y Cristina!