domingo, 23 de diciembre de 2012

ContraSímbolos

Desde que el Kirchnerismo se hizo cargo del país en 2003 se han ido construyendo un conjunto de símbolos que ejemplifican el significado de la política y el poder político al servicio de una sociedad mejor, más justa, más libre, y más soberana.
En el país devastado de aquellos años, es bueno recordar las condiciones en que asumió Néstor y el juego de pinzas sincronizado que el neoliberalismo hacía por derecha y por izquierda.
Por izquierda, la por entonces progresista Lilita Carrió instaba a votar en contra de Menem señalando que el voto a Kirchner era el mal menor. Decía colocarse en el lugar de la oposición, cómoda y descomprometida con la reconstrucción del país.
Por derecha Menem abandonaba el ballotage y dejaba a Néstor con el 22% de los votos, sin la posibilidad de legitimarse con una mayoría abrumadora que rondaba el 72% de los votos según lo que marcaban las encuestas de ese momento.
El 12 de mayo de 2003, a pocos días del ballotage se sabía: Todos los consultores registran en sus encuestas más del 70 por ciento de los votos para el santacruceño y algo menos del 30 por ciento para el riojano.

Por eso Carrió llamaba a votar en contra de Menem y por eso Menem se retiraba de la contienda electoral en segunda vuelta. Ese día Pasquini Durán escribió:

« Lo que ahora se identifica como “antimenemismo” es, en realidad, el repudio popular a las políticas que Menem aplicó desde el gobierno, inspiradas en las ideas del neoliberalismo conservador. En esas políticas anidaron el mayor número de factores que incidieron para provocar la exclusión masiva y la pobreza que hoy afecta a más de la mitad de la población [...] Debido a ese mismo valor emblemático, hay núcleos de intereses a los que no les interesa asistir a un pronunciamiento masivo de rechazo, porque conservan la esperanza de envolver al futuro gobierno, igual que lo hicieron con el de la Alianza, con la presión combinada del establishment local y extranjero. Es más permeable un gobierno que asume con el 22 por ciento de los votos que con el 60 o 70 por ciento. 
También se puede formular la hipótesis al revés: de nada vale contar con las dos terceras partes del electorado si no existe la voluntad política de servir al interés general. De la Rúa, antes Alfonsín, no cayeron porque les faltaran votos al momento de asumir sino porque defraudaron las expectativas de sus votantes. Chacho Alvarez no renunció por su impopularidad sino por sus propios errores [...] La renuncia sólo podría entenderse, además de la cobardía y el deshonor del que huye, como el juego perverso de quien sólo pretende achicar las chances de elegir un futuro diferente ».

El juego de pinzas respondía a la necesidad de los centros de poder de tener un gobierno débil y condicionado; condiciones que se harían explícitas con el pliego presentado por José Claudio Escribano.

Néstor y Cristina supieron reconstruir el país, y erigieron un edificio donde sobresalen varios símbolos sobre los cuales se han centrado ataques y descalificaciones.

Un símbolo es la renovación de la CSJN, y el primer jurista designado por Néstor: Eugenio Raúl Zaffaroni. Se lo ataca y desacredita con un escándalo ficticio basado en el uso que los inquilinos hacían para la prostitución.
Otro símbolo es el desendeudamiento. Se lo ataca con los fondos buitres, con el embargo a la Fragata Libertad.
Otro símbolo es la política de derechos humanos. Se la ataca desacreditando a Hebe de Bonafini vía Shoklender.
Otro símbolo es el retorno de la política y de los jóvenes dispuestos a participar. Se la ataca con clichés que identifican a La Cámpora con las juventudes hitlerianas.
Otro símbolo es la política de no represión. Se la ataca configurando escenarios para la represión y la muerte. La toma del indoamericano el año pasado o ahora con los saqueos instigados por el peornismo opositor, la paleoizquierda, y lúmpenes de todo pelaje. Burdamente se intenta identificar estos hechos con el 2001; una parodia política que bien analiza Edgardo Mocca en su columna de este domingo.

Y así ―si vamos repasando― por cada uno de los símbolos plantados por el Kirchnerismo como elemento reconstructivo del tejido social y de las instituciones, surge un contrasímbolo que intenta desacreditarlo y romper los lazos gregarios que se están formando y que son necesarios de cara al futuro. Son contrasímbolos cargados de antipolítica por los cuales se trata de identificar al Kirchnerismo como "más de lo mismo" o directamente como un fracaso. Correlativamente se le instalan discursos vacíos sobre el "diálogo y consenso" (con el establishment, claro).

El ataque sucede con todos los gobiernos populares de Latinoamérica, a través de los medios de comunicación concentrados y los grupos políticos cipayos.

Un Plan Cóndor más sofisticado cuyo objetivo es el mismo que antaño.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos falló en los casos "Gelman vs. Uruguay" y "Goiburú vs. Paraguay" y en éste último tuvo por probada la complicidad de la CIA y otras agencias de seguridad:
"VIII.- HECHOS PROBADOS: 
[...] la Corte considera probados los siguientes hechos:
[...] Sobre la “Operación Cóndor”:
[...] La mayoría de los gobiernos dictatoriales de la región del Cono Sur asumieron el poder o estaban en el poder durante la década de los años setenta, lo que permitió la represión contra personas denominadas como “elementos subversivos” a nivel inter-estatal. El soporte ideológico de todos estos regímenes era la “doctrina de seguridad nacional”, por medio de la cual visualizaban a los movimientos de izquierda y otros grupos como “enemigos comunes” sin importar su nacionalidad. Miles de ciudadanos del Cono Sur buscaron escapar a la represión de sus países de origen refugiándose en países fronterizos. Frente a ello, las dictaduras crearon una estrategia común de “defensa”.
[...] En este marco, tuvo lugar la llamada “Operación Cóndor”, nombre clave que se dio a la alianza que unía a las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia de las dictaduras del Cono Sur en su lucha y represión contra personas designadas como “elementos subversivos”. Las actividades desplegadas como parte de dicha Operación estaban básicamente coordinadas por los militares de los países involucrados. Dicha Operación sistematizó e hizo más efectiva la coordinación clandestina entre “fuerzas de seguridad y militares y servicios de inteligencia” de la región, que había sido apoyada por la CIA, la agencia de inteligencia, entre otras agencias, de los Estados Unidos de América. Para que la Operación Cóndor funcionara era necesario que el sistema de códigos y comunicaciones fuera eficaz, por lo que las listas de “subversivos buscados” eran manejadas con fluidez por los distintos Estados"
(Cfr. página 25, considerando 61)
.
El año pasado, a esta misma altura del año, hubo quejas por la sanción de la Ley Antiterrorista.

Y como siempre, la Presidenta estuvo un paso adelante.

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