sábado, 26 de marzo de 2011

El 24 de marzo y el único demonio

Ese día de 1976 tenía 10 años. Poca o ninguna idea de lo que sucedía salvo que las FFAA asumían el poder con Videla a la cabeza y Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía. Recuerdo que iba a la primaria, que había amenazas de bombas y desabastecimiento, que junto a mi hermana de 15 hacíamos colas de 2 ó 3 cuadras para comprar 1 litro de aceite y 1 kilo de azúcar por persona; varios comestibles estaban racionados y por eso íbamos los dos. Estaba vigente el Peso Ley 18.188. Recuerdo que fue un Golpe Cívico-Militar que tenía "consenso" de la población. Que luego del Golpe mágicamente terminó el desabastecimiento. Nunca me enteré de los desaparecidos hasta que en 1982, a los 16 años, salí a laburar.

Vino el Juicio a las Juntas y el Nunca Más. Se pusieron al descubierto crímenes atroces cometidos desde el Estado. Este mérito indiscutible e histórico de Raúl Alfonsín marcó a varias generaciones que a su muerte lo despidieron como El Padre de la Democracia.
Hubo, sin embargo, un costado signado por la iniquidad: la teoría de los dos demonios.

El iusfilósofo Carlos Santiago Nino se desempeñó como coordinador del Consejo para la Consolidación de la Democracia, y en su obra póstuma "Juicio al Mal Absoluto" (aquí un extracto) describió algunas de las decisiones iniciales que se tomaron tras el retorno a la democracia:

«Tan pronto como Alfonsín fue elegido, comenzó a articular claros parámetros para lo que debía hacerse. En primer lugar debía emprenderse una búsqueda inmediata del paradero de los desaparecidos. Respecto del castigo, Alfonsín impulsó tres principios que servirían como guía:
1) tanto el terrorismo de Estado como el subversivo serían castigados;
2) habría límites para quienes deben ser responsables, porque sería imposible perseguir eficazmente a todos los que cometieron delitos; y
3) los juicios deben ser limitados a un período finito de tiempo durante el cual el entusiasmo por este programa se mantuviera en niveles altos. Alfonsín también impuso metas más lejanas con la esperanza de institucionalizar mecanismos jurídicos diseñados para prevenir la violación futura de derechos humanos»


Según este relato la idea de poner en un plano de igualdad al terrorismo de Estado con las organizaciones armadas de los 70’s provino de Alfonsín, y cuando salió a la luz "Un País Al Margen de la Ley" (1992, pág. 25), Nino reiteró esa idea marcando que la sociedad argentina adolecía de una tendencia a la anomia y a la ilegalidad, poniendo como ejemplo
«la forma en que se violaron masivamente los derechos humanos en la década del 70 a través de un terrorismo de Estado que desconoció la propia legalidad impuesta por el régimen militar»
«y por medio de un terrorismo de izquierda que desconoció también todo límite ético y jurídico»


En el extracto de "Juicio Al Mal Absoluto", Nino refiere que:
«Dentro de este grupo de trabajo, redactamos una ley aprobada por Alfonsín, diseñada para limitar la responsabilidad basada en la capacidad de deliberación y en una reinterpretación de la cláusula de obediencia debida del código militar».

Como es sabido, Carlos Santiago Nino es uno de los máximos exponentes latinoamericanos de la Democracia Deliberativa por la cual se plantea un ideal regulativo basado en el debate y la discusión pública para la toma de decisiones políticas: éstas sólo pueden ser legítimas si llegan a través de una deliberación pública por parte de la ciudadanía que incluya la participación activa de todos los potencialmente afectados por tales decisiones. No debiera extrañar entonces que mencione a la capacidad de deliberación como una idea rectora en la elaboración de esos proyectos; y la circunstancia de que Alfonsín haya convocado a Nino demuestra que compartía con él las ideas de la democracia deliberativa; el estadista ejercía el poder político y llevaba a la práctica el bagaje ideológico que le proporcionaba el iusfilósofo de prestigio internacional.

La equiparación entre terrorismo de Estado y organizaciones revolucionarias se tradujo en Decretos del PEN citados por Graciela Daleo en el trabajo "Pasado y presente de la teoría de los dos demonios"; dice allí:
«En ese momento el Poder Ejecutivo, encabezado por Alfonsín, firmó dos decretos: 157 y 158. Y no es casual que el primer decreto (157) sea el que ordenaba la persecución judicial de algunos militantes de las organizaciones revolucionarias de las décadas del 60 y el 70. Después de esa persecución se ordena la de miembros de las tres primeras juntas militares y algunos otros notorios jefes represivos, dejando explícitamente afuera de la misma, lo que no es casual, a la última Junta Militar y al dictador Bignone».

La pregunta cae de maduro: ¿la Democracia Deliberativa proporcionó el sustrato ideológico a la teoría de los dos demonios?

EEUU había impulsado la Doctrina de la Seguridad Nacional la que -divulgada por la Escuela de las Américas- había provocado a partir de los 70’s la intervención de las FFAAs latinoamericanas en la política interna de sus respectivos países. Eran Dictaduras que paralelamente al plan de exterminio reestructuraron la sociedad y el Estado imponiendo modelos neoliberales asentados en la deuda externa, en la extranjerización de la economía, disminuyendo la participación de los trabajadores en el PBI.
El comienzo de los años 80’s es el punto de aparición de la Democracia Deliberativa, momento que coincide con la nueva orientación del Departamento de Estado Norteamericano en el sentido de emprender el rediseño de Latinoamérica basándolo en democracias formales y sumisas que no cuestionaran los aspectos económicos implementados por los gobiernos de facto.
Las razones del rediseño tuvieron en cuenta, por un lado el desgaste de esas dictaduras que habían implementado políticas económicas de ajuste y hambre; por otro lado el horror que ellas desataron ya no podía ocultarse. Existía otro aspecto, tal vez el más decisivo: el discurso militar basado en la patria y los valores nacionales resultaba contradictorio (más bien vallaba) el deseo de profundizar las privatizaciones en los sectores de interés para el establishment económico.

La nueva estrategia necesitaba que las democracias latinoamericanas por nacer estuviesen dotadas de una clase política ascéptica, racional, tecnócrata y desideologizada, necesariamente débil, que alternara entre expresiones de centroderecha y socialdemócrata. Las nuevas democracias debían adecuarse a un bipartidismo o bien a un sistema donde figuras y fuerzas políticas se alternaran y se desgastaran; donde se mantuviera el status quo y los costos políticos por la ausencia de cambios se diluyeran a través del mecanismo de alternancia.
En este nuevo horizonte, la Doctrina de la Seguridad Nacional debía ser temporalmente archivada dando lugar a una herramienta que tuviera rasgos adecuados al nuevo discurso, con la suficiente ambigüedad para legitimar a unos y otros actores de las nuevas democracias.

En el plano teórico la Democracia Deliberativa no debiera ser objeto de mayores impugnaciones y de hecho una gran mayoría de constitucionalistas jóvenes (las nuevas generaciones) adhieren a esas ideas. Pero recorrer el camino de su ficción teórica a la realidad (a la praxis política y a la experiencia) enciende luces rojas y señales de "Danger" and "Warning".

La realidad latinoamericana post-dictadura revelaba sus nefastas consecuencias: desapariciones forzadas, torturas, destrucción de vidas y familias, disolución de lazos gregarios, exacerbación del individualismo y del "no te metás". A su lado, el correlato económico mostraba destrucción de la industria nacional y fuentes de trabajo, apropiación de la renta nacional por grupos económicos concentrados, posiciones dominantes, oligopólicas y monopólicas; una pesada deuda externa condicionaba la independencia nacional en la toma de decisiones.
Cualquier política dirigida a obtener el bienestar general no podría alcanzarse bajo ese estado de cosas. Es fácil darse cuenta quiénes serían los intereses y sectores afectados; indudablemente los ejecutores materiales e ideológicos de la Dictadura y los aliados-beneficiarios del modelo económico implementado.
El planteamiento de la Democracia Deliberativa, su modelo de discusión y deliberación, su piedra basal de que las decisiones políticas sólo pueden ser legítimas a partir de incluir la participación activa de todos los potencialmente afectados, su aplicación práctica, implicaba colocar en un plano de igualdad a quienes no lo son.

Quienes violaron los derechos humanos desde el control del Estado iban a resistir por su impunidad, quienes se beneficiaron con el modelo económico iban a resistir sus posiciones dominantes, quienes adquirieron títulos de la deuda externa de esa Dictadura iban a resistir la posesión de su "acreencia soberana".

Reconocer que la democracia naciente estaba asediada por el poder militar y económico de aquél entonces, es una verdad de perogrullo. De hecho, el levantamiento militar que arrebató la ley de obediencia debida -por un lado- y el golpe de mercado que acabó con la Presidencia de Alfonsín -por otro lado- son prueba irrefutable de esa realidad.
Una cosa es reconocer las debilidades del poder democrático surgido en 1983, sus limitaciones y condicionamientos, su incapacidades objetivas y subjetivas. Una cosa muy distinta es haber lanzado la teoría de los dos demonios -un plano de igualación moral- para construir la impunidad de quienes se apoderaron de la totalidad del aparato del Estado: las FFAA, sus socios civiles, los grupos económicos, sectores importantes de la iglesia y de los medios de comunicación.

La pretendida simetría entre el terrorismo estatal y las organizaciones que actuaron en la década del 70 (Montoneros, ERP), no resiste el menor análisis porque éstas últimas nunca fueron reconocidas dentro del status internacional de fuerza beligerante; por el contrario la asimetría es evidente cuando se repara que el terrorismo estatal se valió de funcionarios y edificios públicos (como la ESMA) sostenidos con los impuestos de los contribuyentes.

La construcción de un plano valorativo horizontal también sirve a la sustracción de los motivos y sentidos de la violencia estatal porque -como dice Daleo- se edifica una visión de la dictadura militar bajo el papel de la justificación; su violencia (el terrorismo de Estado) es consecuencia de una violencia que le precede (el accionar de las organizaciones), y su proyección hacia adelante excluye las inspiraciones políticas (ultra-intenciones) de la apropiación del aparato estatal.

Así, el Estado en manos de las FFAA logró poner todos los recursos (erario, impuestos, servicios públicos) al servicio de la aniquilación ideológica donde los modos comisivos revelan su cercanía al genocidio.
La desaparición forzada, el robo de bebés, el cambio de identidad, los fusilamientos masivos, las sepulturas en fosas comunes, la apropiación de bienes muebles e inmuebles de las víctimas, la falsificación de instrumentos públicos; todos fueron modos comisivos sistemáticos, como fue sistemática la negativa del servicio de Justicia (denegación de habeas corpus, funcionarios judiciales cómplices, etc.).

La simetría planteada bajo la teoría de los dos demonios, también sustrae -vaya paradoja- el debate y la discusión sobre la estructura económica edificada durante la dictadura militar y los intereses consolidados bajo ella. Luego, esos intereses se amparan en "la continuidad jurídica del Estado", "la seguridad jurídica", y en definitiva no pueden ser rozados.

No hay y no puede haber igualación entre la violencia estatal con la violencia privada. La primera produjo resultados y consecuencias concretas sobre la reestructuración política, social y económica del país. La segunda nunca llegó a plasmar el fin revolucionario y -en rigor- no tenía posibilidades de lograrlo al momento del Golpe.

Ratificando su visión consensual de la democracia, Nino llegó a conjeturar:
«Si tanto la izquierda como la derecha se hubieran reunido y discutido sus preocupaciones y el gobierno hubiera explicado que su intención era juzgar a docenas y no a un puñado o a cientos, el proceso subsiguiente hubiera sido mucho menos conflictivo» (Radical Evil on Trial, Yale University Press, 1996, pág. 61).
Durante su presidencia en la Cámara de Diputados, Juan Carlos Pugliese fue un extraordinario forjador de consensos, los cuales lograba a partir de una autoridad moral altísima (transparencia y honradez intachables). Alfonsín lo convocó al Ministerio de Economía desempeñándose brevemente (45 días) durante 1989 en pleno momento del Golpe de Mercado Hiperinflacionario.
«Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo», dijo Pugliese para referirse a la incomprensión que le dispensó el sector empresario ante su propuesta consensual.

Estas pretensiones -erróneas, mágicas y voluntaristas- ponen en evidencia las tremendas dificultades que enfrenta una praxis política basada en la Democracia Deliberativa porque se niega a reconocer la naturaleza antagónica de las identidades y pertenencias políticas. (Chantal Mouffe diría «la naturaleza de las identidades colectivas siempre implican una discriminación nosotros/ellos»).

La teoría de los dos demonios tiene un carácter eminentemente antipolítico porque son igualados el terrorismo de Estado con los métodos violentos de las organizaciones de los 70's haciendo abstracción de su "backstage"; ha sido una herramienta muy útil e ingeniosa para encubrir y poner fuera de la discusión y del debate el verdadero rol de la dictadura, así como sus consecuencias (condicionantes y limitantes) sobre la independencia y autodeterminación de los pueblos (sobre la democracia misma).

Aunque el planteo de los dos demonios ya no reverbera como antes, el tema cobra actualidad cuando el Centro de Información Judicial (CIJ) nos muestra que su gran metida de pata puede cubrirse echando mano a la noticia -justo el 24 de marzo- del fallo que sobreseyó a Mario Eduardo Firmenich, Marcelo Kurlat, Horacio Verbitsky, Laura Silvia Sofovich, Miguel Ángel Lauletta, Norberto A. Habegger y Lila Victoria Pastoriza, en una causa donde «En rigor no hay pruebas de las circunstancias que rodearon el hecho, ni elementos de juicio que permitan fundar mínimamente una sospecha respecto de las personas que sindica la parte querellante» (dice el voto en minoría de Madueño).

Empece los deseos de esconderlo, este 24 de marzo ratificó -otra vez- que hubo un único demonio.

sábado, 12 de marzo de 2011

Primicia absoluta: el Vice de Cristina

Es necesario terminar con las especulaciones. Decirlo de manera clara y contundente, con todas las letras. Develar con nombre y apellido a la persona que acompañará a Cristina en la fórmula presidencial.
Basta de incertidumbre, tensión, juegos, “meneítos” de aquí para allá.
“PakaPaka” es la palabra quechua que designa al juego del escondite (también el nombre del Canal Infantil) y parece que el Kirchnerismo está jugando a las escondidas, retardando el lanzamiento de Cristina y la designación de su Vice.
La gambeta ya no resulta admisible. La persona que será el Vice debe ser divulgada de una buena vez. Por supuesto que -de una breve recorrida por los diarios y medios de comunicación- es dable advertir un cúmulo de conjeturas e hipótesis en relación a este lugar institucional, el Vicepresidente.

Pero Basta. Ya lo sabemos.

No será un extrapartidario (Sabbatella), tampoco un gobernador (Gioja, Capitanich, Uribarri). No será un radical K (Zamora), mucho menos una mujer (Julia Mengolini, Florencia Peña, Hebe o Estela). No.

El Vice de Cristina será… una persona conocida en el ambiente político. Obviamente debe ser así (sería absurdo que no lo fuera). Nunca se ha visto que el acompañante en la fórmula fuera un desconocido.

¿Entonces? Primera pista: es alguien conocido en la política.

Segunda pista: el Vice de Cristina será… un abogado!

Sí, es cierto ¿de qué se extrañan? ¿O acaso no es la profesión más noble del mundo? Por otra parte las experiencias de Vicepresidentes de otros campos profesionales han sido regulares o directamente malas. El caso del “ingeniero” Julio Cleto Cobos es el más paradigmático.

El Vice de Cristina será… una persona joven (pero no tan joven).
Convengamos que ser abogado y joven es sinónimo de inexperiencia (te pueden hacer perder el juicio), entonces lo mejor es que tenga experiencia para lo cual no se debe ser tan joven.
¿Qué es ser joven en política? Digamos entre 30 y 40 porque de ahí para abajo son directamente “imberbes”.

El Vice de Cristina será… alguien con compromiso militante.
No puede ser alguien que ande comiendo McDonalds o Sushis por ahí, sino aquel que esté acostumbrado al choripán y la coca. Que haya tenido contacto con las bases, con el pueblo, que sepa de memoria la marchita y las tres banderas del peronismo.

El Vice de Cristina será… alguien que conozca el entramado de la política, del manejo del Estado y su relación con las corporaciones (empresas, sindicatos, iglesia, partidos opositores), que tenga experiencia en la relación internacional (ya que nos encaminamos a la integración latinoamericana); que sepa de la generación de fuentes de trabajo, con formación sólida en ese sentido.

El Vice de Cristina será… alguien lo suficientemente “taimado”, astuto, que sepa de la corrupción y cómo combatirla. Tiene que tener algún antecedente que muestre ese aspecto.
(aclaración: no será Ricardo Monner Sans porque transpira clarinismo ni su hijo Ramiro Monner Sans quien ya hizo su opción por los pobres).

El Vice de Cristina será… alguien nacido en el seno de una familia donde la política, el derecho y el peronismo hayan sido moneda corriente (desde la cuna); donde esas cosas son una pasión futbolera; desfachatado y desalineado como Néstor, y de carácter fuerte como él.

Bueno, después de todas estas pistas es conveniente declamar a los cuatro vientos su nombre y apellido:
Z-z-z-z-z-z-z-z

Pero antes, hagamos un breve repaso del significado que tiene el Vicepresidente en una contienda electoral.
Si nos remontamos a la elección de 1983, recordarán que la figura ganadora y carismática del chascomusense Presidente estaba unida a la de un cordobés de bajo perfil. Raúl Alfonsín y Víctor Martínez, representaban la alianza entre el ala progresista con un sector conservador de la UCR que no era de la Capital (como De La Rúa) sino del interior del país y de una provincia donde históricamente fue (era) fuerte el radicalismo.
Competía con Ítalo Argentino Luder, abogado constitucionalista, peronista orgánico, sin estructura propia, acompañado por Deolindo Felipe Bittel, escribano y ex gobernador del Chaco, detrás del cual se encarnaba el aparato partidario. Esta fórmula intentaba mostrar una figura reconocida en el ambiente académico, moderado y verticalista, sostenido con lo más tradicional del PJ.

En 1989, Carlos Saúl Menem y Eduardo Duhalde constituían la alianza entre el peronismo del interior con el aparato de la Provincia de Buenos Aires (cuyo peso electoral es obvio), mientras que Eduardo César Angeloz y Juan Manuel Casella representaban la unión entre los aparatos cordobeses y bonaerenses del radicalismo (en esa época tal cosa existía).
En 1995, Carlos Saúl Menem y Carlos Federico Ruckauf repetían la fórmula de unir peronismo del interior con peronismo bonaerense, mientras que José Octavio Bordón y Carlos “Chacho” Álvarez intentaban desde el FrePaSo mostrar una alianza “conserva-progresista”, porque Bordón tenía experiencia de gestión (ex ganso, luego gobernador de Mendoza), y “Chacho” era la figura del momento, la cara más visible del antimenemismo. La UCR presentó a Horacio Massaccesi, en ese entonces gobernador de Río Negro y actualmente inhabilitado perpetuamente para ocupar cargos públicos, secundado por Antonio María Hernández, abogado cordobés, constitucionalista de nota, sobre quien cayó todo el peso de la campaña; era la alianza entre la capacidad de gestión y el prestigio académico.
En 1999, Fernando De La Rúa, un abogado con formación académica y política, conservador moderado se unía al progresista Carlos “Chacho” Álvarez para derrotar al bonaerense Eduardo Duhalde y al tucumano Ramón “Palito” Ortega, ex gobernador y ex cantante que tuvo un emprendimiento empresarial célebre trayendo a Frank Sinatra en los 80’s. Mientras los primeros aseguraban la conservación del modelo neoliberal pero sin corrupción, los segundos encarnaban la tradicional estructura peronista.

En las dos últimas elecciones las distintas fórmulas denotan que en sí mismas son (o intentan mostrar) que constituyen pactos y acuerdos de sectores:
En 2003 Menem-Romero -- Kirchner-Scioli -- López Murphy-Gómez Diez -- Carrió-Gutiérrez -- Rodríguez Saa-Melchor Posse.
En 2007 Cristina-Cobos -- Carrió-Giustiniani -- Roberto Lavagna-Gerardo Morales -- Rodríguez Saa-Héctor Maya -- López Murphy-Esteban Bullrich.
En todas ellas se infiere un acuerdo o pacto entre la figura rutilante que encabeza la fórmula con algún sector político que lo modera (si es muy fuerte) o lo refuerza (si no posee estructura).

Bueno, ahora sí. Vamos a los bifes. ¿Quién será el Vicepresidente?

Hay que detenerse en el discurso de Cristina en el último acto en Huracán y plantearse algunos interrogantes.
Primero: ¿por qué la Presidenta fue a un acto y no lanzó su candidatura?
Segundo: ¿por qué la Presidenta fue a un acto organizado por La Cámpora?
Tercero: ¿Qué relevancia tiene La Cámpora para lograr que la Presidenta vaya a su acto?
Seguramente todas estas preguntas lo están matando a Usted tanto como a mí, pero yo no tengo todas las respuestas. Apenas tengo el dato de quien será el Vicepresidente así que aguante un poco que ya se lo digo.

Detengámonos en este párrafo del discurso presidencial:
«…Siento que a lo largo de la historia el campo nacional y popular - liderado por hombres o por mujeres, cuando esos hombres o mujeres ya no estaban era como se desperdigaba porque faltaba la construcción orgánica; porque faltaba la construcción política e institucional que no hiciera depender la transformación y el cambio de una o dos personas. Ese es el gran desafío que tenemos hoy los argentinos y que tienen los jóvenes: cómo hacer para que tanta lucha no sea en vano, cómo hacer para homenajearlo, cómo hacer para que su presencia sea definitiva y la de tantos otros …»

Puede deducirse que la Presidenta se va a presentar a su reelección este año pero que es consciente que la Constitución no le va a permitir presentarse nuevamente en 2015 (“no se hagan los rulos”), por lo tanto está señalando la necesidad de una estructura que continúe con su tarea, pero no cualquier estructura sino una a cargo de los jóvenes.
Acá hay otra punta de quien va a ser el Vicepresidente.
Ah!, es alguien de La Cámpora! (dirá Usted),
No es tan simple porque hay sectores que sostienen al gobierno, y se van a sentir desplazados y no representados. ¿Entonces?

Otra punta: la persona que será el Vicepresidente tiene que cumplir una función my importante: construir esa estructura política e institucional que no haga depender la transformación de una persona (Cristina).

¿Quién es esa persona?

Es alguien que -en el futuro 2015- debería llegar a la Presidencia, es decir, desde la Vicepresidencia construir la estructura y luego montarse en ella para continuar las transformaciones y los cambios porque Cristina estará impedida constitucionalmente.
Acá hay que recordar a Bill Clinton y Al Gore. Desde ese lugar institucional (Vicepresidencia) se preparó la continuidad del gobierno demócrata que si bien resultó fallida -debido al fraude electoral en Florida- demuestra que es posible.
Bueno, ahora sí ya está todo dicho. Todo el análisis. Vamos al nombre y apellido.

Su nombre está emparentado con la religión católica (no es Benedicto).

Su apellido es de origen hispano-vasco (no es Olarticoechea).

¿Qué pasa no le gustó? Bueno, entonces me voy volando!

martes, 8 de marzo de 2011

Halabi corrió el velo

Ernesto Halabi es el abogado que promovió la acción de amparo dando origen al leading case tratado por la CSJN in re "Halabi, Ernesto c/ P.E.N. - ley 25.873 - dto. 1563/04 s/ amparo ley 16.986".
Su apellido de origen árabe -cosas que uno sabe por compartir almohada con odalisca-, casi con seguridad proviene de Alepo (Siria) porque "Halab" es la palabra árabe con la cual es conocida esa ciudad. Justamente entre uno de sus platos típicos, las carnes a las brasas, está la Kebab Halabi algo así como "Carne a la parrilla de Halab". El mundo árabe nos remite a las odaliscas y a la danza de los 7 velos cuyo significado es místico y espiritual -al revés de lo que se piensa- no se vincula con la sensualidad o la seducción.

Bueno, Ernesto Halabi corrió un velo.
El 20 de mayo de 2009, El Dial Express publicó un artículo suyo donde nos invita a ver un poco más allá de nuestras narices:
"...lo que me llama la atención y lo que me motiva a redactar estas líneas, es que en ninguno de los artículos doctrinarios publicados desde el 24 de febrero último, fecha del fallo conocido como la ‘causa Halabi’... se haga mención al… motivo verdadero de su aprobación por el Parlamento… Sencillamente que las empresas prestadoras de servicios de comunicaciones debían adquirir los equipos necesarios para captar las comunicaciones. En ninguno de los trabajos doctrinarios ni artículos periodísticos se ha señalado este aspecto crematístico de la ‘Ley Espía’. ¿Será porque acaso no tiene relevancia jurídica esa obligación? Pienso que no, que la tiene y es de gran importancia para entender que motivó al legislador a sancionarla y promulgarla… lo más importante de la 'causa Halabi' -desde el punto de vista interno- es que el pingüe negocio que sus inspiradores pensaron en realizar les fue desbaratado con la acción de amparo, y las tres sentencias que declararon la inconstitucionalidad de la Ley Espía y su decreto reglamentario, regalándonos además la Corte con el reconocimiento de la acción de clase…" (Cfr. elDial.com, Año XII, Nº 2782, 20 de Mayo de 2009, Comentario a fallo: "Lo más importante detrás de la "causa Halabi", por Ernesto Halabi).

Pero hay más. Halabi nos recuerda que en julio de 2003 (en la era Bush) dos funcionarios del Departamento de Estado Norteamericano (USA) junto a dos ejecutivos de las empresas proveedoras de los equipos para espiar, visitaron Argentina para convencer a las autoridades sobre la necesidad de "colaborar en la lucha antiterrorista".
"Por el resultado -la ley 25.873- parece que lo lograron", dice socarronamente Halabi cuando se refiere al poder de convencimiento de los estadounidenses. Ya estaba en vigencia la "USA Patriot", que había recortado garantías constitucionales permitiendo violar el derecho a la intimidad de los ciudadanos. El FBI podía interceptar y grabar conversaciones telefónicas, los tráficos de Internet, y recién luego de las 48 horas dar intervención a un juez, que no necesariamente era el del domicilio del espiado (entre otras "linduras" del país de la democracia y la libertad).
¿Cuál era la empresa?
Halabi apuntó a "ChoicePoint" que se hizo célebre en Florida porque su compañía subsidiaria "DBT" intervino en la errónea depuración del padrón electoral de ese Estado gobernado por Jebb Bush. Miles de votantes -principalmente afroamericanos- no pudieron sufragar y el resultado en ese distrito fue decisivo para que el hermano, George W. Bush, llegara a la Casa Blanca por decisión de la Suprema Corte. Tras los atentados del 11-S, "ChoicePoint" se convirtió en el mayor proveedor de información y datos personales.
"ChoicePoint" fue acusada de sustraer -entre 2001 y 2002- datos de diferentes organismos oficiales de países latinoamericanos los que posteriormente fueron vendidos a agencias estadounidenses para ser utilizados con fines policíacos. La CIA, el FBI, la ASN y otros tuvieron acceso a nombres, teléfonos, direcciones, números de seguridad social, estados bancarios, etc. de 300 millones de latinoamericanos que no viven en el territorio de los EEUU. En Argentina una denuncia penal quedó radicada en el Juzgado Federal a cargo de Norberto Oyarbide.
En México, "ChoicePoint" obtuvo y vendió información personal consistente en datos del padrón electoral, de pasaportes y licencias, incluyendo el ReNaVe (Registro Nacional de Vehículos) que estaba concesionado a la firma Talsud SA y era dirigido por el ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo cuyo juicio por delitos de lesa humanidad se está llevando adelante. En la contratación de Cavallo tuvo participación decisiva un funcionario mexicano de alto rango que apareció muerto en circunstancias poco claras.
En Colombia "ChoicePoint" desató otro escándalo al conocerse que vendió la información de millones de colombianos -lugar y fecha de nacimiento, pasaporte, sexo, descripción física, estado marital y profesión- a las agencias de EEUU.

Entonces, esta presencia de "ChoicePoint" se produce en un contexto muy particular.
Ese año (2003) habían tenido lugar las elecciones presidenciales que consagraron a Kirchner tras el retiro de Menem del ballotage. Desde la editorial de "La Nación", José Claudio Escribano aseveró que "la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año". El kirchnerismo no existía. El nuevo Presidente había heredado el Congreso tal como estaba y recién en septiembre habrían elecciones legislativas.
Los casos de secuestro extorsivo venían en aumento y ese año llegarían a su punto más alto tal como se aprecia en el trabajo de investigación elaborado por la Procuración General de la Nación (MPF), ver cuadro de la página 298. Aunque Blumberg todavía no había entrado en escena, varios casos dramáticos -por caso el raid delictivo del "Oso" Peralta durante mayo de 2003- obligaron a sancionar la Ley 25.760 que acortaba los plazos procesales y le otorgaba al Fiscal la dirección de la investigación en esos delitos desplazando al Juez.
Según los registros de la Cámara de Diputados, el proyecto de Díaz Bancalari ingresó en julio pero se trató en Comisión recién en septiembre y se puede ver que hay bastante diferencia entre el proyecto original y lo que salió. Algunos pormenores se publicaron en Página 12 remarcándose la reunión entre el entonces presidente de la Comisión de Comunicaciones, Pablo Fontdevilla, con Norberto Quantín, secretario de Seguridad Interior, miembros de la SIDE, diputados y representantes de las empresas grandes de telefonía. Ahí "se consensuó otro texto que fue el que finalmente salió"
El proyecto se sancionó en tiempo record, en Diputados (26/11/2003) y en Senadores (17/12/2003), y si algún empujoncito necesitaban, hubo un caso de secuestro extorsivo producido ese año que aceleró la toma de decisiones porque los secuestradores -justamente- se valieron de correos electrónicos y telefonía celular.

Tras el fallo de la CSJN, Halabi volvió a remarcar que hubo la intención de hacer un negociado. Yo digo, conociendo que se refiere a "ChoicePoint" y sus distintas intervenciones (padrones electorales, datos de identidad, etc.), que también se abren otras conjeturas que pasan por el manejo de datos y su manipulación. Se me viene a la mente la palabra "voto electrónico" que muchas veces -insistentemente- algunos miembros de la clase política emparentan con la transparencia.

En noviembre de 2005, bajo el título "Lexis Lapsus", In Voce de Diario Judicial dio cuenta de una gran pifiada de LexisNexis publicando como un fallo verdadero lo que era un mero borrador de la Sala I de la Cámara del Crimen.
¿A que no saben quién compró "ChoicePoint"? Acertó: Reed Elsevier Inc., la misma corporación que es propietaria de LexisNexis, que como vimos en el post anterior abandonó sus operaciones en Argentina y Chile. Lo malo es que tampoco habrá que despreocuparse del único gigante de la información jurídica porque Thomson Reuters tiene su propia división para recolectar datos: "CLEAR Thomson Reuters". Todos estos "grandes hermanos" andan revoloteando bien silenciosos.

Tengo la impresión de que Halabi corrió un velo y desbarató algo más grande que un pingüe negocio.